Un baluarte de la Isla de Chira: Asociación Ecoturística Damas de Chira

I. La creación del Premio Benson y la premiación de las Damas de Chira en el 2012

El Premio Benson Venegas se estableció a partir del año 2009, por acuerdo del Comité Directivo Nacional del Programa de Pequeñas Donaciones de Costa Rica, se entrega una vez al año durante el Encuentro Nacional de Socios del PPD a organizaciones de base comunal y organizaciones no gubernamentales locales, incluye un certificado de reconocimiento y la suma de USD $5.000 dólares para desarrollar acciones de conservación ambiental a nivel comunal.

Este premio conmemora la vida de un líder, querido amigo y colaborador del Programa de Pequeñas Donaciones que dedico su vida y trabajo a la organización no gubernamental ANAI; la cual desarrolla su trabajo principalmente en la zona de Talamanca, Limón, Costa Rica. Benson fue un líder que lucho con pasión para mejorar las condiciones de vida de las comunidades rurales, tanto a nivel nacional como internacional. Su trabajo incansable fue un reflejo de la Ley Benson, que exhorta a las comunidades a “compensar con acciones de conservación ambiental en un monto proporcional los beneficios económicos recibidos de la cooperación”.

Tomando como punto de partida la Ley Benson, el Programa de Pequeñas Donaciones ha establecido parámetros que permiten evaluar a las organizaciones socias para determinar cuales han desarrollado acciones que las hagan merecedoras del premio. Algunos de estos parámetros son: haber implementado con éxito un proyecto con el PPD, desarrollar una estrategia de sostenibilidad de las acciones de conservación y mejoramiento de medios de vida, continuar acciones de incidencia política a nivel local, nacional o regional, y comprobar los impactos ambientales, sociales, y económicos de las acciones que realiza la organización de acuerdo a su ámbito de acción, entre otros.

El objetivo principal de este Premio es incentivar a las organizaciones financiadas por el PPD para que sigan contribuyendo a la conservación del medio ambiente, y a su vez, brinden una mejor calidad de vida a las comunidades rurales de nuestro país. Muchas organizaciones que han recibido el apoyo técnico y financiero del PPD han consolidado experiencias sobresalientes que las constituyen en verdaderas campeonas o adalides ambientales.

En el año 2012, el Comité Directivo Nacional otorga el Premio Benson Venegas a la Asociación de Damas de la Isla de Chira, la cual ya cuenta con 12 años de existencia.

II.  Antecedentes de la Asociación de Damas de la Isla de Chira

La Isla de Chira posee una población aproximada de 3.000 habitantes. Su extensión es de 43 kilómetros cuadrados, y su geografía cuenta con muchas playas, bahías, pequeños acantilados, cerros y algunas planicies. Actualmente la Isla cuenta con electricidad, después de instalar la red en el año 1987, y con agua potable desde el año 2000. Ambos servicios cruzan varios kilómetros de tuberías y líneas de transmisión submarinas desde Guanacaste hasta la isla.

Antes de que estos servicios llegaran a las comunidades de la Isla, las familias se abastecían por medio de pozos y ninguna casa contaba con servicio de aguas negras. Teodora Medina Díaz, una de las asociadas, recuerda que debían sacar agua de los pozos y por lo normal no contaban con servicios sanitarios; inclusive, hasta cierto punto las personas no sentían la necesidad de contar con electricidad en sus hogares. Fue hasta que empezaron a notar la escasez del recurso hídrico y la presión que ejercían sobre los recursos naturales, con el aumento en la población, que se iniciaron esfuerzos por mejorar el acceso a los servicios básicos. El Ministerio de Salud visitó la isla y generó consciencia en las personas que vivían en la Isla sobre los retos que enfrentaban en materia de saneamiento, salud, acceso al recurso hídrico, entre otros.

En materia educativa, la escuela primaria de la Isla de Chira ha existido por más de 85 años, pero no fue sino hasta el año 1996, que se construyó un Liceo Académico que les ha dado la oportunidad a muchos jóvenes de continuar sus estudios. Sin embargo, para la Consulta Nacional Post-2015, Andreina Medina destacaba que el costo de la educación superior para la población de Chira sigue siendo sumamente alto (PNUD 2013).

Desde sus orígenes, la Isla de Chira se ha dedicado a la pesca, la ganadería y algunas siembras de frijol y maíz. Este esquema de economía básica se vio afectado por la disminución de los recursos pesqueros del Golfo y la extinción de los animales nativos por la caza indiscriminada. El área dedicada a la actividad ganadera se extendió descontroladamente y la tenencia de la tierra quedó en manos de pocas personas.

A pesar de que la presión sobre los recursos naturales de la isla afecto la condición de vida de todas las personas que la habitan, la pobreza femenina se ha extendido desmedidamente debido a las desigualdades de género que prevalecen. La mayoría de las Chireñas han sido marginadas al cuido de sus hijos y no tienen acceso a medios de producción. Incluso, en tiempos de veda (ver recuadro 1), solo los hombres pescadores tienen acceso a subsidios gubernamentales y las instituciones estatales obvian las necesidades de las mujeres exacerbando sus condiciones de pobreza.

Recuadro 1. La veda de pesca en Costa Rica

La veda es la acción y el efecto de prohibir algo por ley o mandato. El término se utiliza para nombrar al espacio de tiempo en que están prohibidas la caza y la pesca con el objetivo de evitar la depredación de los recursos naturales y permitir la reproducción.

En Costa Rica, el periodo de veda para la pesca inicia en los meses de Mayo y Junio; luego se detiene el mes de Agosto, para continuar durante el mes de Octubre, mes en el que concluye la veda.

Durante este periodo los pescadores que tienen permisos al día reciben un subsidio, por un monto de 100.000 colones mensuales. Sin embargo, este subsidio no es suficiente para satisfacer las necesidades de las familias por lo que la pesca ilegal se convierte en una opción.

La Asociación Ecoturística Damas de Chira empezó a gestarse en un ambiente donde dentro de la isla la organización comunal y la acción local era muy poca. Este grupo organizado de mujeres se reunían informalmente a conversar acerca de iniciativas o proyectos que ellas pudieran emprender. La principal preocupación de este grupo de mujeres era identificar una actividad que les permitiera aumentar sus ingresos económicos sin afectar de manera negativa el medio ambiente. Las primera instituciones gubernamentales que apoyaron a este grupo de mujeres fueron la Universidad Nacional (UNA), la oficina de género del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) y el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU); quienes impartieron capacitaciones de liderazgo y autoestima, y abrieron espacios para analizar las condiciones de pobreza de la población y proponer posibles proyectos para las mujeres.

En el año 2000, las mujeres de Chira desarrollan un primer proyecto con el Programa de Pequeñas Donaciones como el grupo organizado de mujeres piangüeras. En el año 2001, se establecen como la Asociación Ecoturística Damas de Chira, una organización de base comunitaria, que incursiona en el turismo rural comunitario, pero sin romper vínculos de cooperación con el grupo de las piangüeras, quienes les brindaron su apoyo desde el inicio.

Con la formalización de está organización inician importantes acciones locales para mejorar los medios de vida de sus habitantes e impulsar el desarrollo integral de la isla. La Asociación es miembro fundadora de la red nacional ACTUAR (Asociación de Turismo Rural Comunitario), y forma parte de su Junta Directiva. Con el apoyo financiero del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y el apoyo técnico del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) y el financiamiento del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) y del PPD el grupo de mujeres construyó pangas (lanchas), con un motor de 100 caballos de fuerza con capacidad para 15 personas, para pescar y brindar una opción de transporte. Estas lanchas les permitieron ofrecer sus primeros viajes turísticos, una importante opción para la generación de ingresos económicos para el grupo.

El albergue de turismo rural comunitario La Amistad se pudo construir con el apoyo financiero del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (PPD/GEF) y el Proyecto de FUNDECOOPEREACIÓN-MINAE que contribuyeron a la construcción de varias cabañas rústicas con baño privado, la construcción de un comedor, la cocina, un mirador, un sendero en el bosque. El PPD además contribuyo a fortalecer las capacidades del grupo para brindar servicios turísticos, generar material de divulgación y promoción sobre la iniciativa y mejorar el manejo de los desechos solidos del Albergue.

 

III.Balance de la situación actual

El proceso de cambio impulsado por esta organización en la Isla de Chira y en las mujeres que conforman la asociación ha tenido impactos en los patrones sociales y culturales de la población, un mejoramiento en las prácticas de conservación, uso y manejo de los recursos naturales, y finalmente, un efecto replicador que ha promovido el desarrollo de nuevos emprendimientos.

  •  Patrones sociales y culturales

Las mujeres que se organizaron en grupos rompieron con el esquema patriarcal que predominaba en la Isla. Muchas de ellas empezaron por incursionar en trabajos pesados tradicionalmente realizados por los hombres. Al principio esto no fue bien visto por sus vecinos y amigos de la comunidad, y muchas de ellas expresan que no recibían apoyo. Dentro de sus hogares la violencia domestica desemboco en amenazas, por lo que tuvieron que recurrir al Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU). Sus parejas las acusaron de abandonar a sus hijos, sus responsabilidades dentro del hogar e inclusive, de ser negligentes con sus conyugues.

Doce años después, este grupo de mujeres siguen trabajando incansables en su Asociación sin renunciar a su rol de madres y esposas, replanteando las relaciones de género, abriendo nuevas oportunidades para otras chireñas y para los hombres de la Isla. Muchos de sus esposos y familiares varones han cambiado su percepción sobre el trabajo de las mujeres y se han convertido en un apoyo incondicional para ellas.

  • Emprendedurismo

La Asociación Ecoturística Damas de Chira es un modelo de participación local, ya que a lo largo del tiempo y con mucho esfuerzo han logrado fortalecer la oferta de servicios, con un negocio propio como el albergue de turismo rural comunitario La Amistad. Muchas de estas mujeres son las principales proveedoras de recursos económicos para sus hogares y se han convertido en un ejemplo para otros pequeños emprendimientos de la Isla.

Con cada logro, la autoconfianza de las mujeres ha ido fortaleciéndose, con la implementación de nuevos proyectos sus medios de vida se han consolidado y sus capacidades se han multiplicado. Inclusive, al tener mayores ingresos económicos muchas mujeres comienzan a soñar con que sus hijos e hijas tengan la posibilidad de estudiar en la universidad.

  • Conservación Ambiental

Es importante recalcar que uno de los aportes más solidos de esta Asociación es en la creación de conciencia ambiental en la comunidad, la conservación de una amplia extensión de bosque seco primario, y acciones de protección y recuperación del equilibrio natural de la isla. Uno de sus aportes principales ha sido la protección de las zonas de manglar.

Actualmente, están desarrollando una campaña para disminuir los incendios forestales y el manejo adecuado de los residuos solidos. Ambas campañas se están coordinando con la participación activa de estudiante y docentes de la escuela primaria y el colegio de Chira.

IV.Sostenibilidad y visión del futuro

La sostenibilidad de la iniciativa está bien respaldada por el trabajo, la experiencia y los valores humanos del grupo de mujeres que conforman la Asociación. Este grupo de mujeres chireñas tiene grandes expectativas y no piensan parar de trabajar. Quisieran mejorar y continuar la educación ambiental en la comunidad, adquirir más terrenos para su protección e incidir en que algunas de las necesidades básicas de los habitantes de la isla se puedan cumplir. Sueñan con un doctor asentado permanentemente en la Isla, una sede universitaria, servicios bancarios y más oportunidades de empleo.

El Premio Benson Venegas 2012 del Programa de Pequeñas Donaciones en Costa Rica reconoce a estas mujeres como verdaderas adalides ambientales, lideresas de su comunidad, emprendedoras exitosas y seres humanos excepcionales; y sabemos que la inversión de los fondos que han recibido se multiplicarán en beneficios para sus familias y para las personas que habitan la Isla.