Este proyecto será desarrollado por Panthera Costa Rica en conjunto con el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), en beneficio de al menos diez familias que dependen de la actividad ganadera como su principal medio de vida. Estas cuatro partes serán de hecho los actores claves de todo el proyecto. Mientras los actores primarios serán las escuelas, Trabajo Comunal Universitario de la Universidad de Costa Rica de la sede de occidente, grupos organizados, líderes comunales, entre otros.

Las comunidades en las que se ejecutará el proyecto se encuentran dentro  del Corredor Biológico Montes del Aguacate (CBMA), donde se trabaja para propiciar la conectividad entre diferentes Áreas Silvestres Protegidas (ASP),  por ejemplo este corredor,  une la Reserva Biológica Alberto Manuel Brenes con el Parque Nacional Carara a través de paisajes productivos que se destacan por poseer una gran riqueza y biodiversidad. Una de las estrategias de conservación de los recursos naturales que se desarrollan esta zona es el Pago por Servicios Ambientales (PSA), donde los productores reciben una remuneración económica, por la conservación de los parches de bosque ubicados en sus fincas.

Con la ejecución de este proyecto se pretende fortalecer las capacidades de al menos diez familias, cuya principal actividad económica sea la ganadería, dentro de dicho Corredor Biológico, fomentando una producción más sostenible, mejorando su calidad de vida, y a la vez, conservando la biodiversidad que está presente dentro y en los alrededores de sus fincas. Todo esto enfocado en la reducción de las interacciones negativas entre los seres humanos, los felinos y demás fauna silvestre. Evitar la matanza directa que sufren estos animales como represalia por los daños económicos que algunas veces causan en las unidades productivas del ser humano, es una de las principales preocupaciones de la organización Panthera en Costa Rica, la cual han venido trabajando el tema desde el año 2010.

Cabe destacar que para el desarrollo de todas actividades y las capacitaciones participarán de manera directa las familias del proyecto como beneficiarios directos, pero cada uno de los componentes también contará con la participación de otros productores de la comunidad, ya que, por ejemplo, las capacitaciones están dirigidas al mejoramiento de las actividades productivas y esta transmisión de conocimiento debe

alcanzar estrictamente a la mayor cantidad de personas posibles, tanto de las comunidades como fuera de ellas.

Luego de una década de trabajo en Costa Rica sobre este tema y toda la experiencia acumulada mencionada en el punto 1.2, hace que se pueda afirmar categóricamente que: “El jaguar debe pasar de ser visto como el culpable de las pérdidas económicas de los ganaderos, a ser el culpable de su progreso y mejora en la calidad de vida. Por tanto, en la conservación del jaguar algunas veces lo menos importante es el jaguar. Lo importante son aquellos quienes tienen el futuro de esta especie en sus manos: las personas. Sin duda una cosa lleva a la otra, sin estarlo mencionando, ni insinuando, ni forzando; las cosas empiezan a fluir solas cuando se hace conservación poniendo de primero en la pirámide a las personas, a la gente, a las comunidades”. Del mismo modo, “el involucramiento de quienes lideran los proyectos y administran los fondos debe ser decidido y constante en campo, el tiempo de compartir con las familias y comunidad en general debe ser igual o más importante que el tiempo invertido en el trabajo de campo, solo así se genera el respeto y la confianza, solo así se “hace equipo”; y cuando esto se logra, es cuando se está más cerca del éxito.

La estrategia que se utilizará para conseguir los resultados esperados, está precisamente explicada en ambos conceptos mencionados arriba, en resumen, los felinos y demás vida silvestre como instrumento para mejorar los medios de vida de las personas que interactúan con ellos en la actividad ganadera.